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sábado, 16 de enero de 2010

15+2 cosas que haría si algún día me convierto en un Señor del Mal.




1. Mis Legiones del Terror tendrán cascos con visores de plexiglás transparente, no con visores que oculten el rostro.

2. Mis conductos de ventilación serán demasiado pequeños como para gatear dentro de ellos.

3. Mi noble medio hermano cuyo trono usurpé será asesinado, no secretamente encarcelado en una celda olvidada de mis calabozos.

4. Dispararles no es demasiado bueno para mis enemigos.

5. El artefacto que es la fuente de mi poder no será guardado en la Montaña de la Desesperación que se encuentra tras el Río de Fuego y custodiado por los Dragones de la Eternidad. Estará en mi caja fuerte. Lo mismo se aplica al objeto que es mi única debilidad.

6. No me recrearé en el sufrimiento de mi enemigo antes de matarle.

7. Cuando haya capturado a mi adversario y me diga "Mira, antes de matarme, ¿al menos me dirías qué es todo esto?" Yo le diré "No" y le dispararé. Pensándolo mejor primero le dispararé y después le diré "No".

8. Después de raptar a la bella princesa, nos casaremos inmediatamente en una discreta ceremonia civil, no con un suntuoso espectáculo dentro de tres semanas durante las cuales se llevará a cabo la fase final de mi plan.

9. No incluiré un mecanismo de auto-destrucción a menos que sea absolutamente necesario. Si es necesario, no será un gran botón rojo con una etiqueta que diga "Peligro. No Presionar". El gran botón rojo marcado con "No Presionar" activará, en su lugar, una ráfaga de balas a cualquiera lo suficientemente estúpido para hacer caso omiso de la etiqueta. De manera similar, el interruptor de Encendido/Apagado no estará claramente etiquetado como tal.

10. No interrogaré a mis enemigos en el santuario interior - un pequeño hotel alejado de mis fronteras funcionará perfectamente.
11. Estaré seguro de mi superioridad. Por lo tanto, no sentiré la necesidad de probarlo dejando pistas en forma de acertijos o dejando vivir a mis enemigos más débiles solo para demostrar que no suponen amenaza alguna.

12. Uno de mis consejeros será un niño normal de cinco años de edad. Cualquier falla en mi plan que sea capaz de encontrar será corregida antes que este sea llevado a cabo.

13. Todos mis enemigos asesinados serán cremados o, por lo menos, les serán vaciadas varias rondas de municiones. No serán dejados por muertos al fondo de un precipicio. El anuncio de sus muertes, así como cualquier consecuente celebración, serán aplazados hasta que las medidas mencionadas sean llevadas a cabo.

14. El héroe no tendrá derecho a un último beso, un último cigarrillo o cualquier otra forma de última voluntad.

15. Nunca emplearé un dispositivo digital de cuenta atrás. Si encuentro que tal dispositivo es absolutamente inevitable, lo programaré para que se active cuando el cronómetro indique "117", justo cuando el héroe esté poniendo su plan en acción.



un par más de parte de EL TONTO DE LA COLINA
:)
- Recordaré siempre que mientras más complicado y retorcido sea un plan de dominación planetaria, más probabilidades tiene de fallar por una pequeñez.


- No perderé mi tiempo preguntando a los que tratan de destruirme si es que quieren unirse a mi. Tampoco perderé mi valioso tiempo explicando mi plan detalladamente. Simplemente los mataré.

2 comentarios:

El Tonto de la Colina dijo...

un par más:
- Recordaré siempre que mientras más complicado y retorcido sea un plan de dominación planetaria, más probabilidades tiene de fallar por una pequeñez.
- No perderé mi tiempo preguntando a los que tratan de destruirme si es que quieren unirse a mi. Tampoco perderé mi valioso tiempo explicando mi plan detalladamente. Simplemente los mataré.

El Tonto de la Colina dijo...

Gracias por la inclusión (por segunda vez) en el post. ¿Me estaré convirtiendo en redactor invitado en este blog?